La forma más sencilla de transformar tu hogar o tu negocio en un lugar más acogedor.
Las tablas de tarima flotante se insertan una a otra, encajadas entre sí, como si se tratara de un puzle.
Para instalarlas no es necesario fijar las lamas al suelo, ni a ningún otro soporte, lo que permite un ahorro de tiempo y de inconvenientes de montaje.
Entre el suelo y la tarima queda un espacio que es ocupado por un recubrimiento de espuma o corcho, a modo de aislamiento y para evitar cualquier tipo de movimiento.
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